
Fuimos en furgoneta hasta el puesto fronterizo a 2900 metros de altitud despues de atravesar el "homeland" de Qwa Qwa (impronunciable pronunciacion, hay que hacerlo chascando la lengua). Visitamos un pueblo en medio de las

montanyas en el que el albergue en el que nos alojabamos ayudaba a construir la escuela. Nos recibio la directora, Mamawope, encantada de recibirnos en traje de chaqueta con 30 grados en medio del polvo y los alumnos correteando y flipando. Tendriais que ver la cara que ponian cuando se veian en

la pantalla de la camara de fotos!! En esta escuela ademas de lo habitual (mates, ingles, ciencias...) tambien les ensenyaban a ayudar en casa, como a cocinar o cultivar, de hecho fueron ellos los que nos prepararon la comida (una especie de pure de patata muy seco que habia que mezclar, con las manos por supuesto, con un pic

adillo de una especie de repollo y espinaca. Estaba realmente bueno). Tambien en Lesotho hicimos una pequenya excursion para ver unas pinturas rupestres de los antiguos pobladores de la zona y a un sanador (Sangoma) que parecia totalmente fumado y que nos hizo un numero hablando con los antepasados (que eran unas pequenyas calabazas con abalorios) mientras la gorda con las tetas mas grandes que jamas he visto tocaba un tambor y gritaba como loca (las tetas de la negra le llegaban a la cintura y a veces apoyaba los

brazos en ellas, era flipante). Y ahi estabamos los ocho de la excursion sentados en el suelo al lado de cuatro cabras (y sus correspondientes cagarrutas) y el correspondiente polvo, claro. Fue curioso, porque ademas se acerco medio pueblo a verlo.
En fourgonnette jusqu’au poste frontière a 2900 mètres d’altitude après avoir traverse Qwa Qwa (a prononcer comme dans “les dieux sont tombes sur la tête”. Village au milieu de la montagne ou une ONG liée a notre auberge de routard construit une école. Nous avons été reçus par Mamawope la directrice sur son 31 avec 30 degrés de température au milieu de la poussière. Nuage d’ enfants courant entre des cours
très espaces de math, etc… et aussi de cuisine et “sciences de la maison”. Repas avec les mains et mélangeage de choux et d’ épinard…mais très bon a la fin. Peintures rupestres et visite d’un “médecin de campagne qui n’était pas un sorcier mais presque” et qui apparemment avait du fume certains de ses médicaments. Chants magiques pour conjurer tous les maux et jouage de tambour par une femme qui n’arrêtait pas de s’accouder sur ses seins (du jamais vu !). Et nous… assis au milieu des crottes de chèvre en train de regarder tout cela….
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