
Desde las montañas centrales decidimos bajar hacia el sur de la isla. Pasamos por Oamaru,

en la costa, y llegamos hasta Dunedin, que para lo que son las ciudades por aqui, tenia bastante encanto. Recorrimos la peninsula Otago hasta el extremo norte, donde se encuentra la unica colonia de albatros ( los Tairoa) que anida en tierra firme del mundo. Estuvimos embelesados mirando como hacian sus nidos los cormoranes listados y moñudos (los Parekareka), cogiendo trozos de hierba y tratando de acoplarlo en repisas imposibles

con el oceano rugiendo debajo. Despues se puso a llover mucho, asi que fuimos al camping para ducharnos y salir un poquillo, ya que era sabado noche. Nuestro gozo en un pozo! vaya poca marcha que habia!

debe ser porque aqui ahora mismo son las vacaciones escolares, y aunque Dunedin es una ciudad universitaria todo el mundo habia salido huyendo...-
Depuis les montagnes centrales, nous décidons de prendre la route du sud de l’ île. Passage par Omaru, sur la cote, et arrive a Dunedin, qui, compare aux autres villes du coin, avait un certain charme (relatif...). Parcours de la péninsule Otago jusqu’a l’extrême nord, ou se trouve
une colonie d’ Albatros.( Les Taioras) qui nichent sur la terre ferme. Assez épates par la technique des cormorans a huppe pour faire leurs nids, accumulant des branches sur des petits bouts escarpes
de falaises surplombant un océan rugissant. Puis grosse pluie, préparation pour un samedi soir a Dunedin… et rien un samedi a Dunedin ! Ville morte :-)
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